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sábado, 28 de abril de 2012

Sir Gawayne y el encuentro con el hada Naike



En los valles de Camelot andaba el joven Gawayne junto a su fiel caballo negro. El ocaso se estaba acercando cuando de pronto algo llamó su atención, creyó haber escuchado a lo lejos unos gritos pidiendo ayuda pero rápidamente supuso que era solo su imaginación, ya estaba cansado y tal vez eso lo hacía imaginar cosas. Siguió su camino montado en su caballo a un paso lento. Apenas había avanzado unos metros cuando volvió a escuchar los gritos, esta vez sí les prestó atención y cambió la dirección en la que se encaminaba por la de donde provenían esos sonidos, mientras que recordaba unas palabras del rey Arturo.

_Mi amado sobrino cuando un desafío se presente en vuestro camino aceptadlo con todo el honor propio de un caballero de la Mesa Redonda.

Gawayne llegó a un lugar donde habían unos pocos arboles agrupados, al parecer los gritos provenían de allí, aunque eran muy débiles y se mezclaban de a ratos con sollozos. No se podía ver muy claramente porque el sol ya casi se había ocultado por completo. Bajó de su caballo y se encaminó en dirección al grupo de arboles desenvainando su espada con hoja de doble filo, la que había sido bendecida anteriormente por un sacerdote; y un escudo tallado en oro y pedrería preciosa con el que se cubría para defenderse de un posible peligro. Lo que allí vio lo dejó atónito, nunca en su vida había visto algo tan hermoso y al la vez tan frágil. Entre las ramas de uno de los arboles estaba enredada una magnífica mariposa de la cual salían destellos de luz propia, pero estaba muy débil, tenía sus alas rasgadas por las ásperas ramas. El joven no dudó y rápidamente liberó a la mariposa, la cual a medida que batía sus lastimadas alas y descendía al suelo su aspecto iba cambiando hasta convertirse en un hada.
Lucía un vestido blanco como la nieve y sus uniones estaban cocidas con hilo de oro, llevaba una delicada tiara con diamantes que volcaba todo su cabello hacia atrás pero sus imponentes alas estaban heridas. La bella mujer balbuceó unas palabras en las que le explicó al valiente caballero la razón de su transformación.

_Mi salvador de una muerte segura, con vuestro coraje me ha liberado del hechizo que Morgana había puesto en mí para entristecer a mi padre, rey de las colinas del este, y que por ello descuide a su pueblo. Tu me has salvado, mi nombre es Naike y yo misma os compensaré.

Habiendo dicho esas últimas palabras el hada se desvaneció en los brazos de Gawayne. Él la llevó contra su pecho y la abrazó fuertemente rogándole a Dios que lo ayude, ella no podía morir, sentía que era muy importante, a pesar de haberla conocido hace solo un rato, sentía que la amaba. Ese sentimiento era extraño para el, un caballero tan independiente y fuerte nunca deja lugar para lo afectivo.
El dolor que sentía porque la estaba perdiendo fue tal que de sus ojos comenzó a brotar un mar de lágrimas. Unos instantes después un suspiro fue le indicador de la felicidad mas grande que haya tenido jamás, Naike estaba viva. Sus miradas se encontraron al unísono, el amor brotó desde lo mas profundo de su ser sellándolo con un beso perfecto. Pero esto duraría solo esa noche porque con el primer indicio del alba cada uno debería partir a cumplir con su deber, Gawayne siendo un caballero de La Mesa Redonda y Naike ocupando su lugar de princesa devolviéndole la alegría a su padre, y encargándose de su pueblo que los necesitaba. Y así fue, con el primer rayo de luz cada uno partió hacia su destino pero convertidos en seres que aman. Ellos encontraron el amor y se prometieron conservarlo para siempre con la esperanza de reencontrarse en algún momento.


Integrantes:Marina Salinas, Aldana Costanzo, Rocio Kuba,Vanina Martin.

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